“En diseño, la indiferencia hacia la gente y hacia la realidad en la que vivimos  es el único pecado capital (…) el diseño de muchosproductos está determinado por las especulaciones que hacen los industriales con las debilidades de los compradores. Eso puede producir ganancias en un plazo corto. Pero no conduce al éxito. (…) El buen diseño es un arma contra el caos visual mundial y una herramienta para limitar la producción irracional. (…) Pero que el jefe presuponga que su futuro empleado tiene ideas y quiera conocerlas es tan fundamental como que el empleado conozca que su jefe las tiene más allá de la voluntad de hacer dinero». Anatxu Zabalbeascoa.

La periodista en su artículo Diseñar lo menos posible, nos destaca como clave del éxito del diseño de Braum y Dieter Rams han sido la confianza y la afinidad entre cliente y diseñador. Algo que ha conseguido que sus trabajos hayan perdurado generación tras generación, y cuya filosofía ha servido de inspiración al mismísimo Apple. Lo que el diseñador alemán nos viene a decir es que el pecado capital del diseñador gráfico creativo y de todo negocio es no estar cerca de las personas. De ahí que mi felicitación de este año hable de ese acercamiento entre personas que simplemente consigue que las cosas sucedan.

 

«Siempre he tenido curiosidad»

Tras pasar toda su vida trabajando en la limpieza, este año Maria del Carmen me cuenta que se jubila a los 65 años con una pensión de las que llaman no contributivas. Un nombre que no hace honor a los años de esfuerzo y trabajo que ha dedicado para mantener y educar a sus hijos y que incluso debido a las circunstancias aún sigue haciéndolo con sus nietos. Como muchas personas de Mula el pueblo murciano donde nació, fue muy poco tiempo a la escuela. Apenas sabe leer y escribir y su relación con los libros no ha ido más allá de colocar, limpiar u ordenar a sus hijos el “hacer algo con ellos” por el valisoso espacio que ocupan.

Siempre sin dejar de preguntarse durante años lo bien que se sentiría al poder leer alguno de ellos. Poco a poco durante el último año 2012 ha ido avanzando «al ritmo de un niño problemático» admite, en ese hermoso camino que es el de aprender a leer y escribir. En el que observo pasmado cómo curiosamente su nieta con la paciencia de la que carecen muchos adultos, le está ayudando. Por eso hoy le he pedido para la felicitación de este año 2013 que os escribiese una de las máximas que tengo siempre presente como diseñador gráfico, y que es tan sencilla como humilde “Se puede hacer”. Porque transmitir esa energía a nuestro entorno, familiares, amigos, clientes, etc. es el mejor regalo que Maria del Carmen con su historia me ha transmitido y que yo como diseñador doy en cada trabajo de diseño.

Quizá este año consiga leer ese libro de Óscar Wilde que ojea con curiosidad mientras hablamos. Una de mis propuestas para este año es ayudarla a conseguirlo, para que en el fondo nos quede quede claro a ambos que “se puede hacer”.